
Ana Laura Corga: Altagracia
El día que la conocí me vio de reojo, apenas y me dirigió la mirada, como si no le importara verme o no quisiera hacerlo, como si al hacerlo algo le doliera y evitarme la hiciera sentirse un poco ajena; sentí que por alguna razón no quería aprenderse mi rostro. ― Isela, cámbiate y pásate por ahí, métete en el temazcal ―, me inquirió. Voltee a ver a mi mamá con mis ojos a punto del llanto, le pedí sollozando que no me dejara sola con esa señora, tenía pavor, las rodillas me empezaban a falsear; aunque ciertamente no sabía … Continúa leyendo Ana Laura Corga: Altagracia