Me descubrí mariposa
pero no sabía volar.
Atascada entre pliegues
submarinos
terrestres
de todo lugar.
Sin caber realmente
ni aquí
ni allá
en ninguna parte.
Me descubrí mariposa
pero no podía cambiar.
Me quedé oruga
en mi capullo
de cavansita
y kunzita.
Y al abrir los ojos,
el ultravioleta
recolecta mis sueños
que ven por atrás
y nunca por delante.
Y pienso,
que quizás debí quedarme ahí,
posada
en la flor
de lo que no es hoy
sino ayer.

Ana Laura Corga. Nací una noche de enero en Tlalpan, Ciudad de México. Soy politóloga administradora pública, escritora y feminista. Soñadora empedernida y constructora de gobiernos locales. De raíz oaxaqueña. De espíritu nocturno. Co-coordinadora de EspeculativasMx.