Será por eso que… lo más temible de aquella bestia era su indecisión. La criatura acechaba con un aliento helado mis dedos descubiertos o mi rostro desnudo por la noche. Desde una esquina de la cocina esa cosa me acosaba mientras preparaba mi desayuno. A través de la luz que se colaba por una rendija de las ventanas, la bestia acariciaba mi mejilla con excitación. No obstante, en el momento decisivo, mis peores pesadillas tomaban forma y me arrebataban el ancla a la realidad.
Al final, la bestia consiguió su objetivo. Por la puerta principal de mi hogar entró una luz cegadora la cual me robó la libertad. Desde ese día me trajeron para acá, tal vez porque no me dejaba afeitar, no lo recuerdo. A veces le hablo a las hormigas, pero, ni ellas me quieren salvar.
Será por eso que… siento cómo mi cuerpo se entumece, así que tomo la navaja debajo de mi colchón y salgo a clavar los cuerpos luminosos que me atormentan. Será por eso que… siento en cada célula de mi piel los electrochoques y no dejo de temblar hasta que vuelvo a respirar.

Yo soy Lorena Ruiz, tengo 22 años y actualmente estudio la licenciatura en Comunicación en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. He publicado algunos de mis textos en medios digitales como Especulativas, Lunatikas MX y la antología de Las Palabras de Sherezada coordinada por el Colectivo Hékate.