Jacqueline Alarcón: Banquete de medianoche

Canela y nuez moscada Jengibre y miel La hornilla presta, la llama avivada La vajilla impoluta y la rabia menguada. De vez en cuando, el tintineo de los cubiertos rompe el sosiego de las almas. Después de cada tanto, el hambre atroz inunda su cuerpa condenada. El ritual comienza con el rictus. Su rostro se contrae  Las aletas de la nariz se expanden como serpientes famélicas. Los labios no resuelven:  ¿Dejarse perder entre los placeres del banquete o dar ofensiva a los instintos débiles? La furia hambrienta asesta el primer bocado. Insaciable, consume todo a su paso. Incendia, devora lo … Continúa leyendo Jacqueline Alarcón: Banquete de medianoche

Cecilia Mogollón Villar: La señora de las manzanas

Con un cuchillo sin filo y ampollas en los dedos de ambas manos, Beti extrajo las semillas de la última de cinco mil manzanas. Tanta repetición de movimientos irritó su piel y gastó el filo del cuchillo. Pero la tarea estaba conseguida: reunió poco más de la dosis necesaria para que el cianuro contenido en las semillas de tan generosas frutas tuviera efecto letal. Meses hacía desde que la idea llegó a la mente de Beti, sin abandonarla; el mismo tiempo desde que sus vecinos empezaron a disfrutar deliciosas mermeladas y compotas de manzana, pasteles de manzana, almíbar de manzana, … Continúa leyendo Cecilia Mogollón Villar: La señora de las manzanas

Xóchitl Olivera: Los hilos de la luna

Mi madre murió a las pocas horas de mi nacimiento, por eso me ha criado mi abuela. Vivimos solo nosotras dos, nos cuidamos, nos apapachamos y nos contamos secretos. Ella me habló de la luna como el lugar del que provenimos las mujeres, y como el sitio del eterno descanso para nuestras almas. Dijo que mi madre me mira desde allá, y que cargo conmigo un hilo de seda que nos conecta para toda la eternidad. De la luna se desprenden los hilos de todas las mujeres. Como ella cambia en sus fases, nosotras cambiamos de color. Nuestros hilos se … Continúa leyendo Xóchitl Olivera: Los hilos de la luna