Bendito sea el sentido del gusto,
y bendito sea el vientre de la madre tierra.
Benditas las manos de los hombres y mujeres
que me han regalado el placer
de reconocer mediante una ensalada que estoy viva.
Vuelvo a disfrutar,
gozo del sabor de todos los ingredientes,
del olor de las especies,
de los colores vivos que convergen en el plato.
Logró combinar la lechuga fresca, el tomate rojo, la espinaca, el pepino fresco
el sabor fuerte de la aceituna negra y la delicadeza de la cebolla morada
bañados todos por el aderezo, un aceite mezclado con especies que intensifican todo.
¡Oh! Cómo olvidar el sabor fuerte del cremoso queso feta,
todo en mi boca provoca un festín.
Es increíble pensar que algo tan sencillo
ha provocado un inmenso placer,
de pronto reconozco que he vuelto a disfrutar
a través de algo tan cotidiano como comer.

Nací en las áridas tierras de la frontera norte de México. Amo leer y escribir.

