Un viento frígido sopló el ocre de los árboles, con su fuerza deshojó el naranja en el suelo, en los techos y en los parabrisas de los autos en la calle pedregosa.
Mientras el dorado iluminaba el cielo y el albaricoque incendiaba las nubes, el primer timbre resonó y una teja desde lo alto cayó; la arcilla impactó en el fieltro negro de un pequeño sombrero puntiagudo, fragmentos aterrizaron en el pavimento y por autoría de la gravedad fueron escarchadas de rojo vivo.
Garras de unas pequeñas patas peludas y amarillas cruzaron despavoridas por la escena cuando las sirenas llegaron; tres uniformes calabaza y uno perla se movían con avidez buscando un sonido, un movimiento. Una lámpara resplandeció mientras un tumulto de colmillos, cuernos, garras y pieles pálidas se acercaba.
La sábana blanca se robó los reflectores. Entonces solo hubo silencio y el color negro lo inundó todo.

Me llamo Fátima Alejandrina Escalante Rivera, nací en Irapuato, Guanajuato, México. Tengo 25 años. Soy Licenciada en Comunicación, tengo gusto por la lectura, la escritura y la música. Actualmente me dedico a generar contenido digital para redes sociales. Me encantaría ser parte de este proyecto.