Angela Eunice Sacalxot: ¿Podemos jugar también?

Pequeños invisibles nadan en los riachuelos y viven entre la hierba, cuando ven ahí a los cantharellus cibarius que de vez en cuando deciden asustar a quienes los vean.  “¿Serán tan amables de dejarnos jugar? Traemos también nuestro disfraz” Angela Eunice Sacalxot (Quetzaltenango, Guatemala, 1993). He publicado los libros de poesía Noche en mi ventana (Editorial POE, 2018), Madre miedo (Sión Editorial, 2022) y Los fantasmas en el fin del mundo (Sión Editorial, 2023). Mis textos también se encuentran en otros medios impresos y digitales. Estoy incursionando en el dibujo y la acuarela, un viaje en donde quiero unir ambas … Continúa leyendo Angela Eunice Sacalxot: ¿Podemos jugar también?

Mayra P. Dávila: El viaje de regreso

Llegó el día del viaje, de conectarme y regresar a ser yo. Ya había tomado la primera dosis, así que subí a la nave, estaba lista para llegar al destino final, todas comentaban que era un lugar hermoso: lleno de vegetación, árboles que cantaban y se contoneaban al ritmo del silbido del viento; que en el cielo se creaban figuras, las nubes susurraban sus secretos, y si le contabas los tuyos, los guardaban como un talismán. Decían que la capacidad de asombro y el juego regresaban a tu cuerpo cuando llegabas allí, que te sentías como una niña, que la … Continúa leyendo Mayra P. Dávila: El viaje de regreso

Noemí Moreno «Nao»: Una ser misteriosa llega a Hongolandia

Me pregunté, ¿qué pasaría si los honguitos conocieran una estrella? ¿van a saber que es? ¿se sorprenderían? De estos cuestionamientos que parecen llegar de la nada surgió esta ilustración. Me llamo Noemí Moreno, pero prefiero que me digan Nao. Soy directora de arte e ilustradora mexicana. Amo dibujar y tengo una relación tóxica con la publicidad. Continúa leyendo Noemí Moreno «Nao»: Una ser misteriosa llega a Hongolandia

Magda Calderón Rodríguez: Amanita

Desde que nació en otoño, es cada día más bonita. Creció rodeada de los pinos que sobrevivían en ese bosque pequeñito que le tocó habitar. ¡Qué orgullosa se sintió cuando su sombrerito rojo escarlata se llenó de lunares blancos donde rebotaban las gotas de lluvia! Y más aún cuando alrededor de su tallo descubrió el anillo blanquecino, vestigio del velo que la cubría mientras maduraba. En ese momento supo quién era. ¡Soy Amanita!, le gritó al bosque. ¡Amanita Muscaria! Aunque amaba sus colores, Amanita sabía que era más, mucho más que el vistoso sombrerito que destacaba en el bosque. Su … Continúa leyendo Magda Calderón Rodríguez: Amanita

Samantha Páez: Conexión

Ella estaba recostada en un claro de bosque cuando las esporas moradas ingresaron por su boca mientras aspiraba. Cada respiración para disfrutar del aroma a pino hacía que entraran más y más. Una vez albergadas en la faringe, las esporas empezaron la germinación. Ella sintió un leve mareo, tomó un poco de agua y caminó a paso más lento hasta su cabaña. Dejó las cosas de la compra en la mesa, serían suficientes para un mes, así no vería a nadie por un rato. Se saltó la visita al huerto para recoger las hortalizas y las frutas, que usualmente caían … Continúa leyendo Samantha Páez: Conexión

Diana Amador: La casita de los hongos de colores

Llevaba largo rato planeando desaparecer. El mundo humano le había mostrado ya su fea cara, una imagen bonita pero hueca como las fachadas antiguas que son patrimonio de la humanidad cuyo interior disociado de la construcción frontal puede ser moderno y funcional pero carece de calidez humana, de historia que la sustente. Intentaría morir a la antigua, dormir suavemente sin intervención de ningún instrumento. Logró pagar por adelantado los gastos de la casa por seis meses, pidió sus largamente postergadas vacaciones, aviso, por si las dudas que se iba de viaje. Tendría tiempo suficiente para morir irremediablemente. Fue a la … Continúa leyendo Diana Amador: La casita de los hongos de colores

Yameli Aguilar Duarte: ¡A zapear!

Una hada vuela alegremente, mientras visita los cuerpos fructíferos de las setas para saltar sobre sus “sombreritos” abiertos y “zapear” o dispersar las esporas para continuar el legado del micelio. Esta obra es un collage donde predominan elementos naturales: plumas, piedras y de fondo, acuarelas realizadas con suelos de diferentes colores. Destaca el “azul maya”, suelos rojos, cafés, grises, de la península de Yucatán y sedimentos de cantera verde de una roca volcánica de Oaxaca. Soy bióloga con posgrado en geografía.  Amante de la Naturaleza, la música y el café. Desde niña colecciono rocas. Soy también una mezcla equilibrada de … Continúa leyendo Yameli Aguilar Duarte: ¡A zapear!

Jacko Aguila: Cosecha

La mayoría de las personas venían por soluciones rápidas, siempre con la necesidad de urgencia. Remedios inmediatos. Venganzas furtivas. Y resultados inmediatos. Pero la magia se cultiva, requiere paciencia, cuidado, y no entiende los caprichos de los tiempos humanos, solo sigue los tiempos de la tierra. En ocasiones llegan jovencitas, con su piscacha, de facciones tiernas y redondeadas. Me piden entre llanto que cure su mal de amores. Vienen por un amarre. No les digo nada, les preparo un té de romero con naranjo. Eso les curará las penas, pero se requiere más que un brebaje para curar un corazón … Continúa leyendo Jacko Aguila: Cosecha

Rocío Sáenz Luna: El anillo de hadas

Nunca había sentido algo así. La primera vez que la vi desnuda pensé que necesitaba más ojos para abarcarla entera: su piel de durazno era un imán que arrastraba mis yemas, mi hambre, mi fe. Tocarla fue sentir al universo, y pronto entendí que eso fue: un contacto con algo mucho más vasto que ella y que yo. Conocí a Amanita en un taller de poesía para mujeres. Desde que vi su cabello rojo sentí que sus esporas se colaban por mis pupilas, instalándose detrás de mis córneas. Era misteriosa, hermosa, todo lo que siempre quise ser. Soñaba con quedarme … Continúa leyendo Rocío Sáenz Luna: El anillo de hadas