A Frida
Creí sentir tu pelaje en un fantasmal encuentro,
roce sensitivo de mi piel,
reflejo lejano de tu cuerpo,
visita esperada que le rogaba al cielo,
llanto del rezo sagrado de una no-creyente,
(loba blanca
de cantos sonoros,
devoradora de fuego,
curandera de sentimientos).
mi búsqueda se dirigió a lo onírico,
lo sensorial de mi cuerpo no fue suficiente,
necesitaba ocupar la mirada,
el sentido predispuesto por lo humano,
verte.
(Encuentro de solitario terreno,
milagrosa, salvada de un alma,
sostenedora de vidas,
ecos de tu canto:
ladridos como truenos).
“Estrellas: escuchen,
nubes: reflejen,
viento: trae hacia mi la vocalización alegre de su cuerpo,
un ladrido, aullido
tu suave pelo,
espero a tu fantasma, a tu reflejo”.
(Evoco el aroma,
visualizo el paisaje
¿dónde la encuentro?
corre, corre junto a sus ancestros,
el aullido va creciendo
mientras recorre liviana en vuelo
las nubes se transforman,
evoco su mirada
mientras cierro los ojos,
miro al cielo,)
Ruego esperanzada,
necesitada de un minuto,
la simbólica despedida,
calma del duelo punzante
atravesante de mi pecho,
de una herida abierta.
(rezo, conjuro, grito, anhelo:
repito su nombre mientras sostengo mi espíritu,
ladrido, ladrido, ladrido,
su cuerpo de espaldas,
rasco, rasco, rasco,
ella mueve sus patas,
eco de su voz,
deseo de cuerpo,
ruego, ladrido, caricia, rasco,)
Busco una pequeña señal en esta noche oscura,
luego del conjuro,
del recital de una bruja que busca sanarse incesante,
canto a la luna,
y espero,
solo me queda la noche oscura.
(Adiós, me despido,
Frida, ladrido, caricia, caricia,
ladrido).

Ivanka Romero. Soy originaria de la Ciudad de México y residente de la misma. Feminista, escritora, poeta y psicóloga egresada de la UAM-Xochimilco. Soñadora por pasatiempo, creadora de historias. Amante de mis perritos y de los del mundo. Escribo para encontrar un refugio de lo que me abruma, me duele y me alegra.