Miriam Roque: Encadenada del tiempo

Me absorbía mi propia sangre

algo dentro de mí hacía explosión

el reloj, ¡Tic-tac!, ¡Tic-tac!, me perseguía

quería huir, concentrarme en aquello que desvanecía.

No podía, encima de mí seguía

¡Tic-tac!, ¡Tic-tac!, como todos los días

Las horas me querían tragar,

llenas de archivos, máquinas y voces

que no dejaban de cuestionar.

Al tiempo por fin pude mirar

oscuro, terrible, pavoroso;

me reclamaba mi ser,

me reclamaba mi cuerpo

La explosión no cedía

la sangre corriendo seguía

“Treinta minutos más”,

oí al horrible tiempo.

Volví a la silla y al escritorio

¡Tic-tac!, ¡Tic-tac!, así permanecía

su estruendo no desaparecía.

Por fin, después de tanto, la jornada concluía.

Corrí a cumplir mis deberes de madre

mientras corría en ¡Tic-tac!, más veloz se volvía

yo quería huir y no podía

la sangre, la sangre también crecía

La explosión por fin se detuvo

algo en mí se atoró

simplemente colapsó

el ¡Tic-tac! Se reía

El tiempo me tomó presa entonces

lo que había dentro de mí se expulsó

el tiempo me estrangulaba

todo colapsaba

El ¡Tic-tac!, se carcajeaba

lo vi más grande, atemorizante

de pronto el frío de la noche en dos me partió

todo negro y silencioso se volvió.

Cuando desperté, ya no era yo

por dentro desgarrada me encontraba

el ardor no paraba

al ¡Tic-tac!, ya no hallaba

El tiempo dormía,

cansado se le veía

después de tanto

por primera vez libre me sentía

Intenté integrarme a la vida 

mas las mangueras,

el oxígeno y las agujas

me lo impedían

“Ahora entiendo la tranquilidad del tiempo”, me dije

Así pasaron los días

¿Cuántos?, yo desconocía.

De pronto el tiempo se levantó

fúrico se metió en mi mente

El ¡Tic-tac!, volvió

al escritorio me llevó

Busqué archivos

quise retomar las horas

que el hospital me arrebató

el ¡Tic-tac! se duplicó

De repente, muchos ¡Tic-tac! con furor

me reclamaban “el tiempo perdido”

sin saber que el tiempo era quien había estado conmigo

encadenada, atada.

Todos los ¡Tic-tac!, encima de mí

algunos de ellos unas hojas traían

“firma aquí”, me decían

“al tiempo más no desafías,

hoy tu contrato aquí termina”

Soy una mujer periférica, feminista y latinoamericanista. Mi compromiso está con la dignificación de las veces y la felicidad de las infancias. Actualmente formo parte de la Colectiva Nantli, desde donde se busca garantizar los cuidados de la vida desde la incidencia en las Políticas Públicas.

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