Recorres la ciudad esperanzada
Cosechas tus sueños en el camino
Un trabajo que te deja sin tiempo de nada
Sembradíos quemados del campesino
Enajenada, con el corazón vacío
La mente se vuelve un terreno baldío
Sueñas con hacer arte llegando a tu casa
Pero violento es el salario y te arrasa
No hay tiempo para tu familia y eso te espanta
Las jornadas crecen, eso les encanta
Sentada, llamada tras llamada
¿Y las horas extras? Pagadas con una palmada
Ellos no pierden su vida
Siempre recuerdan la mirada de sus hijos
Disfrutan la comida en sus platos
Mientras uno se atraganta por los interinatos
Viajar en el metro se siente en desequilibrio
Los ojos tropiezan por tratar de leer un libro
Las manos se desvanecen al escribir un poema
La fuerza no regresa, así es el sistema
Si alguien está allá arriba, ¿esto le causa risa o llanto?
Advierto que esto no es un reclamo
Es que simplemente ya no aguanto
Y es que atea o creyente, ya solo clamo.

Estudiante de pedagogía con especialización en el campo de comunicación lingüística y literaria. Enfocada en la creación de proyectos educativos que promuevan el hábito de la lectura en jóvenes y adultos.

