No me he curado. Las grietas son más profundas que la última vez de la visita. No sé resanarlas. Pasé por el jardín, pero está deshecho. Las ramas atraviesan la tierra y las hojas secas se esparcen en el rastro que dejó tu presencia. Regresé al patio donde comíamos naranjas. El aire es ácido por aquellas podridas que yacen en el suelo. No me he curado, porque ya no soy mujer planta. La casa que guardo en mi vientre cruje a cada paso, retumban las ventanas. La casa que llora dentro de mí habitó fantasmas por años y ahora no sabe cómo deshacerse de ellos. Y no sanas porque no quieres reparar bisagras, ni cambiar focos que parpadean a mitad del silencio, ni tapizar muros desvencijados. No quieres que los daños se borren, pero las casas se curan. O se destruyen y se vuelven a construir, porque eres mujer planta.

Soy Estelí Morales Huitzil. Vivo en el estado de Puebla. Estudié la licenciatura en Lingüística y Literatura Hispánica y la maestría en Pedagogía. Actualmente soy docente en un bachillerato. Y tengo una hija y un hijo. Estoy en constante búsqueda de mi voz. Tengo publicada una minificción en el libro Resonancias (2018, BUAP), y un par de textos en los fanzines del Colectivo Hékate.

