A mi abuelita
Los crisantemos que albergan a mi corazón
saben de su tristeza contenida en cada luna
cuando te veo olvidarme de a poco
y me da un miedo terrible debajo de la tierra
el temor de encontrarme sin el polen de tu amor,
porque yo estuve mucho tiempo sola en el vientre de mi madre
pero cuando se cayó del pétalo
una lágrima rodo sobre tu invernadero
te diste cuenta que ya era una mariposa
que volaba en su propia nave espacial
afuera de nuestra órbita.
Y nos descubrimos en una semilla
como cuando la primavera abruma a las nochebuenas
yo te dije abuela y tú me dijiste es la naturaleza.
Me abrazaste con el fuego del volcán
para mantener mis cenizas como heridas abiertas.
Fuimos amigas,
somos soñadoras,
seremos todo.
Cada cabello suelto se lo ofrezco al Sol,
las semillas de mi café las brindo de tributo
para que nunca se me olvide
quién me dio:
un jardín lleno de flores

Marcia Ramos. Radico en Tijuana. He publicado los libros Brevedades infinitas, Diles que no nos vean y La resurrección de Rosita Morales. Mi página de Facebook es Brevedades infinitas. Doy clases en universidad y preparatoria.

