Mag Mantilla: Seremos Clitóricas

Me acuerdo bien clarito. Las mujeres de mi generación no teníamos la certeza del cambio tan radical que le deparaba a la munda. Lo que sí es que siempre con vehemencia lo anhelamos.

Yo estaba a mediados de mis treinta años, me dedicaba al periodismo feminista, en esa época muchas veces mal llamado con perspectiva de género, pero desde nuestro medio siempre nos posicionábamos en mayúsculas FEMINISTAS. Era la creadora de mi propio medio por internet que emanó hasta la TV y radio nacionales, además de gestionar el sitio con un espléndido grupo de trabajo conformado de puras mujeres, yo también escribía artículos de investigación periodística siempre con la finalidad de develar el patriarcado y creaba diferente contenido como infografías, pictografías y TikToks, mismos que en sus inicios eran videos por medio de una app y hoy en 2045 podemos encontrar de manera itinerante en cualquier sitio por medio de la IA.

Nuestro espacio virtual con más de cuatro millones de audiencia era Somos Clitóricas, fue tan perseguido por el Estado Feminicida que tuvimos que transformarlo para no desaparecer. La violencia contra las mujeres fue eje central de los medios de comunicación alineados al sistema, al grado de emparejar la palabra feminista con feminicidio, al grado de que la definición de feminismo significara violencia contra las mujeres antes de lo que hoy entendemos sin titubear: vida, dignidad, plenitud, satisfacción, buenavida, bienvivir e infinito goce por la abundancia de nuestras cuerpas que tienen la potencia creadora de ser dos; es decir: la certeza de ser clitóricas. Antes de que la munda se nombrara en femenino, cuando aún era el sistema-mundo-patriarcal, hablar de que las mujeres somos clitóricas se reducía a la masturbación o a la anatomía y visibilidad que las mujeres empezamos a dar al clítoris. Afortunadamente con el paso del tiempo a nuestro favor, hoy en día hablar sobre ser clitóricas en seguida remite a ser nosotras mismas en libertad, plenitud, autenticidad y el placer de ser mujeres despojadas del patriarcado, cosa que devela que todo orgasmos femenino es clitórico, asociado si al autoplacer a la par de vivirte desde el goce, un entendimiento no reducido a la masturbación. Las autoras del feminismo de la diferencia sexual nos regalaron esta visión tan honda. Yo la descubrí al leer a Carla Lonzi en Escupamos sobre Hegel, en el ensayo de La mujer clitórica y la mujer vaginal, y antes (justo la lectura que me condujo a Lonzi), en María Milagros Rivera Garretas en su libro del pandémico y caótico 2020 El placer femenino el clitórico. El pensamiento de las mujeres ha sido base fundamental para tener la certeza del final del patriarcado, la más honda mutación sucedió cuando todas tuvimos la certeza de dicho final comienza en nuestro pensamiento, que luego se materializa en nuestras prácticas y en la relación en femenino, en reconocer la grandeza y autenticidad de nuestras vidas. Releo mis pensamientos y suspiro con gratitud y algo de nostalgia, esta como dolor, porque la autoridad femenina que hoy emana nuestra sociedad en femenino pudo haber sido estropeada por ellos, los ahora llamados pro-artificiales.

Durante 2023, un año que todo lo cambiaría, la IA convencional (Inteligencia Artificial) estaba teniendo un gran auge, al grado de provocar sí mucho temor, pero principalmente singular soberbia y banalización de esta, al grado irse encarnando cada vez más en nuestras vidas. Al inicio nos convertía en celebridades de Hollywood, nos envejecía o incluso rejuvenece, cambiaba de género y muchas más opciones con nuestra imagen. Luego empezó a sofisticarse, aunque las manos no le salían (como les pasa a muchos pintores principiantes) emulaba situaciones discordantes y trastocadas podía mezclar imágenes de la religión católica y la cultura popular, como el Papa Francisco vestido de rapero famoso. O incluso crear su crossover entre Midsommar y Teletubbies, resultado imágenes aún más perturbadoras que las creaciones originales. Como era de esperarse esta tecnología estaba altamente atravesada por el patriarcado, al ser producto del mismo. Desde nuestro medio lo que más nos preocupó de esta innovación fue cuando se comenzó a utilizar para el ciberacoso y hostigamiento sexual hacia las mujeres, en el llamado sistema-mundo- patriarcal comenzó la utilización de esta “inteligencia” artificial convencional, para mezclar imágenes de mujeres comunes con los de revistas pornográficas. La falta de escrúpulos llegó a tal grado que hombres repulsivos comenzaron a abrir cuentas de el ya nunca más existente OnlyFans, para embaucar a otros machos haciéndose pasar por mujeres falsas, pues eran el resultado de una mezcolanza de imágenes, pero al final eran las mujeres ideales para este tipo de sujetos, que aspiraban a un modelo corporal femenino obsceno e irreal, al grado de lo grotesco; nalgas y pechos gigantes, cinturas con menos de 60 cm y en muchos de los casos sin rostro, deshumanizadas hasta la médula. Y la IA de estos días no se refiere a la Inteligencia Artificial, sino a la Inteligencia Auténtica, libre de sistema patriarcal.

Esta situación se convirtió en una problemática social al vulnerar la vida de millones de mujeres en nuestro país y más allá. No nos quedamos de brazos cruzados, ni nos conformamos, detonamos la querella ciberfeminista. Empezamos a denunciar a los agresores, a organizarnos entre morras para protegernos del doxeo, cibermisoginia, stalkeo y toda práctica patriarcal en el ciberespacio. Sucedió una importante toma de conciencia en el espacio de lo virtual, y como las medidas precautorias no eran suficientes hackeamos el sistema; tumbamos el internet. Las ciudades y los pueblos de todos lados enloquecieron, generamos una crisis, sabíamos que era necesario ante la emergencia de cibermisoginia y violencia digital contra las mujeres de todos los sectores. La respuesta del Estado fue tumbar nuestro medio de difusión y comunicación feminista de la radio y televisión, comenzaron a difamarnos e infinidad de trolls nos tumbraron. Nos dolió en el alma, pero no pudieron detener el hackeo feminista.

Durante 2037, exactamente 14 años después de nuestra querella ciberfeminista , cuando las personas se dieron cuenta de nuestra potencia en comunión aceptaron nuestras demandas y la más importante de las peticiones para regresarles el espacio virtual a nivel mundial: NOMBRAR EL MUNDO EN FEMENINO. A través de la libertad femenina en el espacio físico y virtual la autoconciencia se volvió masiva, todas las personas comenzaron a cuestionarlo todo se abrieron a la verdad de las mujeres. Es 2045 y Andrea Dworkin está orgullosa de nosotras se cumple su deseo expresado en su discurso Feminismo, Arte y mi madre Silvia: “[…]algún día los textos de escritores masculinistas serán curiosidadesantropológicas.” Ese día llegó, y no solo los textos, por fin habitamos la nueva munda que todas nos merecemos. Hoy todas somos clitóricas.

Yo soy una flor y una perla, según mi nombre Margarita. Estudié sociología y Estudios de la Mujer. Me apasiona la teoría feminista y el pensamiento de las mujeres. Estoy trabajando en escribir desde mí y el placer de ser clitórica.

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