Esmeralda Jacobo: Casa, nido, agua

Gracias por trenzar mi cabello cansado y enredado. Gracias por heredarme tus manos, gruesas y arrugadas. Gracias por las ojeras que ambas maquillamos con tanta delicadeza por las mañanas.

Gracias por mirarme desde el espejo, por no moverte, por reír mucho, por bailar y por llorar en mis brazos cuando no sabías a dónde ir. Yo tampoco sé muchas veces a dónde correr, pero si me miro al espejo, encuentro el par de ojos que ya no son más tuyos, son míos.

Mujer, casa, nido, agua. Ven y refresca tu lengua que ya se ha quemado de tanto callar. Ven y grita conmigo, trencemos nuestros cabellos juntas, unamos nuestros morenos dedos y dejemos de sobrevivir, para simplemente vivir, mamá.

Me gusta que me digan Esme, recién termine la carrera en Estudios Latinoamericanos, amo a los perros, el café, sueño con ir a la playa y escribo porque es la única forma que encontré de encontrarme. Escritora de cuentos muy, muy largos.

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