Arely Cadena: No es malo el olvido

Decía que las memorias la traían de vuelta, que se le aparecían como fantasmas y sentía que el cuerpo se le desarmaba, intentando regresar al lugar de donde se había ido. Inés nació para ser artista, pero tenía dos defectos: una melancolía crónica y el haber nacido en un rincón del mundo lejos del arte. En realidad yo sabía que volvía por mí, éramos mejores amigas, pero yo no buscaba lo mismo que ella. Así que la última vez que volvió, le pedí que escribiera mi nombre en una libreta y luego lo borrara con toda la intención de hacer sus sueños realidad. Así lo hizo y, a los dos segundos, me miró sin reconocerme, pidió disculpas y se alejó. Se fue del pueblo al día siguiente. Han pasado varios años y no ha vuelto, se convirtió en una artista que hizo sus sueños realidad. Valió la pena el olvido.

Soy egresada de la licenciatura en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. Me apasiona la ficción y las narrativas orales. En la escritura encuentro una manera de entender la vida.

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